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En la época de los romanos, la sal era tan valiosa que los pagos a los funcionarios públicos se realizaban en paquetes de sal, que después eran utilizados como moneda de cambio.

La cantidad de sal que cobraban recibía el nombre de “salarium”, de donde derivó la palabra salario.

 

¿Por qué la sal era tan valiosa?

 

Uno de los principales motivos era que en el pasado resultaba muy complicado conservar los alimentos y la sal tenía el poder de mantenerlos en buen estado durante bastante tiempo.